dijous, 4 d’abril del 2013

Chile 2013: Capítulo 4


Hacia el fin del mundo


En O’Higgins, una pequeña villa de 520 habitantes, se acaba la carretera austral. Ningún vehículo puede ir más allá. Cuando uno llega al lago del mismo nombre tiene la impresión de encontrarse a las puertas del fin del mundo. Lo que pueda ocurrir a partir de entonces es incierto. Yo sabía que debía subir a una embarcación que sólo se acerca hasta allí una vez a la semana. Si todo salía como me habían indicado, un tal Ricardo nos recogería al día siguiente y atravesaríamos a caballo una montaña, hasta llegar al Lago Desierto. La misma propietaria de El Mosco, el precioso hostal en el que me alojé dos días esperando la llegada del barco, me pidió que le escribiera un mensaje y le explicara como había ido la travesía.









Tras cuatro horas de navegación, contemplando al fondo la impresionante silueta del Monte O’Higgins, de 2.860 metros de altura, nos acercamos al Campo de Hielo Sur. El barco se detiene a 300 metros del Glaciar O’Higgins para que podemos contemplar esta monumental maravilla de la naturaleza, de verticales paredes heladas de entre 60 y 80 metros de altura, que llevan allí más de 1.000 años.


Dos horas más tarde, el reducido grupo de pasajeros desembarcamos en Candelaria Mancilla, un pequeño embarcadero en medio de la nada. Encima de la loma, y escondida entre vegetación se encuentra la única casa del lugar, una hospedería sencilla pero muy acogedora en donde cenaremos y pasaremos la noche.  A la mañana siguiente aparece Ricardo. No hay caballos, los necesitan para trasladar las reses… Algunas personas se ponen a andar, dispuestas a recorrer los más de 20 quilómetros a pie, que separan los dos lagos. Algunos nos trasladamos en 4x4 hasta la frontera con la Argentina, a unos 15 quilómetros. Allí nos ponemos a caminar también. El equipaje llegará más tarde a lomos de algunos caballos.  


Puesto fronterizo de Chile

El esfuerzo vale la pena. La imagen del Monte Fitz Roy reflejada en el Lago Deiserto no tiene precio. Estamos rodeados de naturaleza, en un paraje de una belleza única. Ya sólo nos queda esperar la llegada de otro barco, que nos cruzará al otro lado del lago. Un bus nos acercará después a la localidad argentina de El Chaltén, que se encuentra a poco más de 30 quilómetros de distancia.







 Compañeros de viaje
Ricardo, los caballos y el equipaje

Había conseguido el objetivo, cruzar por la vía más complicada. Lo que no sabía es que nuestro destino final, El Chaltén, escondía algunas de las maravillas más impresionantes de este viaje. Descubrí entonces que es conocido como la capital del “trequing” y enseguida supe porqué. La ruta de 6 horas a la Laguna del Cerro Torre (3.102 metros), y la de 7 horas a la Laguna de las Tres, a los pies del Fitz Roy (3.405 metros) han sido algunas de las caminatas más bellas que he realizado jamás.










 Cuando llego a la cima, las nubes me impiden ver el Fitz Roy...



Siguiendo al sur, la primera población que uno encuentra en la inmensa y deshabitada Pampa Argentina es El Calafate. Hoy un centro turístico de primera magnitud cuya principal atracción es el famosísimo Glaciar Perito Moreno. Ya había estado aquí en otra ocasión, hace ya unos años, pero no pude resistir la tentación de volver a visitar el que sin duda es uno de los glaciares más impresionantes de la Patagonia Argentina.


 Día lluvioso y frío en el Perito Moreno

Ahí conocí a una bellísima pareja de mallorquines con los que continué mi viaje. Todavía no había cumplido mi objetivo último, la razón por la que empecé mi andadura hacia el sur. En seis horas de bus, cruzando de nuevo la frontera chilena, nos plantamos en Puerto Natales. Allí dejamos el equipaje y solo con lo imprescindible nos aventuramos en la inmensidad del Parque Nacional Torres del Paine, la joya de la corona. Nuestro objetivo no era recorrerlo al completo, como hacen muchos visitantes, que se pasan hasta 12 días andando. Nos conformamos con tres días, y realizamos la ruta principal, la que lleva directamente a las famosas Tres Torres del Paine, y que nos llevó 7 horas, y la que conduce hasta el mirador del Glaciar Grey.







 Torres del Paine



 Guanacos




 Glaciar Grey





El objetivo estaba cumplido, pero a sólo tres horas de la ciudad continental más al sur de Chile, Punta Arenas, no pudimos resistir la tentación de acercarnos, pasar unos días y visitar una colonia de pingüinos reales, una especia subantártica que sólo se encuentra en las islas Malvinas, la Antártida y el enclave de Tierra de Fuego al que llegamos en una excursión que duró todo el día.










5 comentaris:

  1. Quatre paraules per descriure això: im pre ssio nant!!!

    Fantàstiques vistes i molt bones fotos. Quina experiència que podem viure tant d'aprop gràcies als teus comentaris.

    Enveja!!

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  2. Quino: que dise la mama que si va a venir a comé hoy a casa!!!! jijiji

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  3. Vaya fotos! Fantásticas!!!!! El lugar debe ser aún más bello!!! Besitos!

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  4. molts maques les fotos! (Aitor & Empar)

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  5. Hola Quino: somos Gustavo y Jesica, estuvimos juntos en Laos, no se si te acuerdas de nosotros. Veo que andas por muy cerca espero que te este gustando la patagonia y disfrutes de sus paisajes. Te mandamos un abrazo y seguimos tu blog.

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