Qui, c’est moi!
Noumea, la capital de Nueva Caledonia, se
encuentra a tan solo una hora de avión de Port Vila, la capital de Vanuatu. No
quise pues perder la ocasión de acercarme a este territorio de ultramar
francés, formado por 12 islas.
Grande Terre es la más grande, la que acoge a
la mayoría de la población del país, y la más diversa. Las islas Loyalty son
las más bonitas y visitadas por los turistas, gracias a sus playas de arena
blanca y sus aguas cristalinas, junto con la bellísima Isla de los Pinos, a dos
horas y media en ferry desde Noumea. Nueva Caledonia está rodeada, además, por la segunda barrera de coral más grande del mundo, lo que la convierte en un paraíso para buceadores.
Tuve la gran suerte de conocer, mientras
estaba en Vanuatu, a una pareja de franceses que viven y trabajan en Noumea.
Ellos me invitaron a quedarme en su casa, en donde pasé unos días fantásticos
compartiendo comidas, fiestas, conciertos y playa con sus amigos.
Centro Cultural Jean-Marie Tjibaou
Me habían dicho que Noumea era como Niza, en
el sur de Francia, y en parte es así. Uno tiene la impresión de encontrarse en
el país galo. Más de un 30% de la población son franceses, aunque se dividen en
dos grupos. Los “Métros”, que han venido de Francia para trabajar, atraídos por
los altos sueldos y las muchas oportunidades laborales. Y los “Caldoches”, los
descendientes de los convictos franceses que fueron llevados a estas islas,
utilizadas como centro penitenciario por la metrópolis.
Ruínas de un antiguo centro penitenciario
En el otro lado de la balanza, en un 45%, se
encuentran los Kanaks, el pueblo originario de las islas, y que, en general, no
disfrutan del nivel de vida de la población francesa, ni de los suntuosos
beneficios de las minas de Niquel. Existe un conflicto entre ambos grupos
difícil de explicar en cuatro líneas y aún más difícil de solucionar. Parece
que los Kanaks están mayoritariamente a favor de independizarse de Francia, y
para ello se ha previsto un referéndum…
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