HEIVA 2013
Asistir al Festival Heiva 2013 ha sido la experiencia
más espectacular de mi visita a este país. El pase de prensa que conseguí me
permitió presenciar todas las actuaciones. Y poco a poco, a través de los
diferentes bailes y cantos, ha ido creciendo mi fascinación por este pueblo.
Además, vivir los últimos ensayos, los preparativos y los nervios me ha unido
de manera especial a una gente a la que acababa de conocer y que han dejado una
huella importante en mí. Dejo la Polinesia con pena y muchas ganas de volver.
El canto y la danza salen de lo más profundo e
íntimo de los pueblos de la Polinesia. Como ellos mismos dicen, lo llevan en la
sangre. Y es a través de ellos que uno empieza a comprender las
particularidades de este pueblo único, que ha resistido una colonización,
tardía pero igualmente déspota, que intentó borrar la mayoría de sus rasgos más
distintivos.
Redescubriendo Tahití
Para poder asistir al Heiva 2013 tuve que
alargar dos semanas mi estancia en Tahití. Esos días de más me permitieron
conocer más a fondo una isla que hasta entonces me había parecido la menos
glamorosa de las islas de la Polinesia Francesa. Descubrí que hay otro mundo
más allá de Papeete, Faaa y Punaauia. Lugares preciosos, en donde todavía se
respira la tranquilidad de las islas, y en donde la gente es muy dulce. Lugares
que la mayoría de los turistas que pasan por aquí nunca descubren.
Si quieres saber más sobre la Polinesia Francesa puedes leer el artículo "La otra cara del paraíso" publicado en mi otro blog.
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