Chile, ese extraño país
Extraño país al que uno llega después que lo
fumiguen en el avión, por orden gubernamental, para evitar que entre ningún
bicho indeseado. País en el que se habla castellano, pero que llaman “Küchen”
al pastel, “Shope” a la jarra de cerveza, “Palta”, al aguacate, o “Rodoviario”
a la estación de bus o tren. Los cafés o cafeterías son restaurantes, aunque
sirven platos absolutamente desconocidos, como las chorrillanas o pichangas.
Son amantes de la comida rápida y las diferentes cadenas locales sirven una
infinidad de sándwiches de todo tipo. El “hot dog” por ejemplo, es un completo,
un italiano, un dinámico, o un mayo…,
dependiendo de los ingredientes con los que se sirve. Leer más...
Santiago de Chile
Las nieves permanentes que, desde el avión, se
ven en lo alto de los Andes, me indican que estoy llegando a Chile. No tardamos
en aterrizar en Santiago, una ciudad rodeada de montañas. La Región
Metropolitana esconde un sinfín de sorpresas, como la Iglesia de San Francisco,
del S. XVI, el edificio colonial más antiguo que queda en la ciudad. La
vibrante Plaza de Armas, llena de gente a rebosar, y en donde se encuentra la
Catedral Metropolitana, o el Museo Histórico Nacional, entre otros edificios
preciosos. El conocidísimo Palacio de la Moneda, bombardeado por las fuerzas de
Pinochet en 1973, y los cerros de Santa Lucía y San Cristóbal, desde los que se
tiene una vista aérea de la ciudad.
Plaza de Armas
Palacio de la Moneda
Catedral
Cerro de Santa Lucía
Parque de las Esculturas
Bonitas casas de colores, bares, restaurantes
y discotecas llenan de vida el cercano barrio de Bellavista. Allí construyó
Pablo Neruda su tercera casa, “La Chascona”, para Matilde Urrutia, en aquel
momento su amante, y poco después su tercera esposa. Hoy restaurada, después de
los desperfectos sufridos por el asalto de los militares, y convertida en
Museo, supone un delicioso paseo al mundo particular de este gran poeta, Premio
Novel de Literatura.
La Chascona
De visita obligada es el Museo de la Memoria, que
muestra los horrores de la dictadura de Pinochet. O la casa Londres 38, uno de
los centros de represión y exterminio en el mismísimo centro de la ciudad, y
que se mantiene como testimonio de un episodio infame de la historia chilena. El centro es hoy un lugar abierto a las diferentes demandas sociales, como las manifestaciones estudiantiles en contra de las medidas del gobierno para limitar el acceso a la educación pública, o las reivindicaciones del pueblo mapuche.
Y para tener una idea más completa de la
ciudad, uno puede pasearse también por
el exclusivo barrio de Vitacura, en donde las marcas de lujo se alinean en
preciosas casitas-tienda. Allí no verán ninguna multitud paseando por las calles.
Todo el mundo se mueve en vehículo particular.
Valparaíso
A dos horas en bus desde Santiago, se
encuentra la peculiar Valparaíso. Des de la estrecha zona del Llano, que se
encuentra al lado del mar, la ciudad se eleva en una multitud de cerros, a
muchos de los cuales puede accederse a través de ascensores cremallera. Algunos
de ellos, como Cerro Alegre o Cerro Concepción se han hecho famosos por sus
bellísimas casas pintadas. A los turistas les encanta subir con el Ascensor
Concepción, el más antiguo de la ciudad, y una vez arriba se ven compensados
con unas espectaculares vistas de la ciudad.
Edificio del Parlamento, desde la estación de buses
Haz click sobre las fotos para verlas más grandes
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada