diumenge, 11 de desembre del 2022

Alsacia, un viaje de cuento

En el corazón de Europa, allí en dónde se unen Francia, Alemania y Suiza, encontramos un conjunto de pueblos y ciudades de un encanto y una belleza singular.

 


Tras una hora de vuelo desde Barcelona, aterrizo en Basel. Una lanzadera me acerca a la estacion de trenes y de allí me traslado cómodamente hasta Mulhouse, en la región francesa de GranEste, en donde estableceré la base desde donde visitaré toda la región.


Situada en el departamento de Alto Rin, es la ciudad más grande y la segunda mayor de la región, después de Estrasburgo. Dos ríos, el Doller y el Ill, atraviesan la ciudad. Fue la capital de la República de Mulhouse desde 1347 hasta su anexión a la Primera República Francesa, en 1798.

 






Mulhouse no es la más bonita de las ciudades de Alsacia, però posee un centro bellísimo, alrededor de la Plaza de la reunión. Se recomienda la visita del Museu del automóvil y el Museu tèxtil, así como el Museo Histórico en el antiguo ayuntamiento de la ciudad, sobre la història de la Antigua república independiente. Se puede visitar la Sala del Consejo, en dónde se reune el alcalde con los representantes del pueblo.

 

Ecomuseo de Alsacia

 


A solo 30 minutos de Mulhouse se encuentra el Ecomusseo de Alsacia, una visita muy recomendable y en dónde podemos aprender mucho sobre las tradiciones y costumbres de esta región. Un pueblo de casas tradicionales en el que 150 voluntarios viven y organizan un sinfín de actividades relacionadas con los diferentes oficios artesanales.

 









Colmar

 


A media hora de Mulhouse y cerca de la frontera con Alemania, encontramos un pueblo de cuento de hadas. Su casco antiguo tiene calles adoquinadas con edificios medievales y de principios del Renacimiento con muros de entramado de madera.

 





Ha tenido una turbulenta historia a lo largo de la cual ha pasado de manos francesas a alemanas y biceversa en varias ocasiones.  El tratado de Nimega legalizará la anexión francesa. En el año 1871 Colmar fue anexada al Imperio alemán y de nuevo devuelta a Francia tras la firma del armisticio de 1918. Posteriormente la ciudad volvió a ser anexada a la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial, para finalmente volver bajo jurisdicción francesa el 2 de febrero de 1945.

El centro de la ciudad antigua, bien conservada, alberga varios edificios de estilo gótico alemán y primer Renacimiento, así como antiguas iglesias, entre las cuales la Colegiata de San Martín (del siglo XIII) es la mayor y más notable. Entre su rico patrimonio cultural también destacan el ex-convento de los Dominicos, el Teatro Municipal, los canales de la "Pequeña Venecia" y varias construcciones que datan de la Edad Media.

 



La "Capital de los vinos de Alsacia", es también la tierra natal del creador de la célebre Estatua de la Libertad, Frédéric Auguste Bartholdi (Colmar, 2 de agosto de 1834- París, 4 de octubre de 1904) regalo de Francia a los Estados Unidos. En el mes de diciembre, la ciudad entera se vuelve un paraíso navideño con sus cinco mercados de Navidad, famosos en todo el país por su belleza y tradición.

Castillo de Haut-Koenigsbourg

 


La región francesa de Alsacia es una de las que más castillos tiene de Europa, con 80 fortalezas repartidas por su geografia. Una de ellas es el espectacular castillo de Haut-Koenigsbourg, el "Alto Castillo del Rey", que se encuentra en el término municipal de la comuna francesa de Orschwiller, en el departamento de Bajo Rin, en Alsacia.

 






El castillo se sitúa en la cima del monte Stophanberch, que fue donado en 774 por Carlomagno a la abadía de Lièpvre. En 1079, el monte es confiscado por el duque de Suabia, Federico de Hohenstaufen, quien por encargo del emperador Enrique IV del Sacro Imperio construyó una serie de fortificaciones y castillos en toda la región para asentar el poder imperial.

Este era un punto estratégico de gran importancia, pues por aquí pasaban dos rutas comerciales vitales para la economía de la zona, la del trigo y el vino de norte a sur, y la ruta de la sal y la plata de oeste a este. Desde el castillo se podía controlar y proteger esta basta área.

En 1899, despuès de más de dos siglos abandonado y en ruinas, el emperador alemán Guillermo II de Hohenzollern, decidió empezar los trabajos de reconstrucción del castillo Haut-Koenigsbourg para convertirlo en un museo de la edad media donde el nombre de la familia Hohenzollern estuviera bien presente.

La gran cantidad de mobiliario que hay en el interior del castillo Haut-Koenigsbourg da la impresión de que todavía vive alguien entre sus muros.


Ribeauvillé

 


Conocida como Rappoltsweiler hasta el siglo XIX, es uno de los centros de producción vinícola de la llamada Ruta de los Vinos de Alsacia, situado al norte de Colmar y a 75 km al sur de Estrasburgo.

 



Ribeauvillé está, en parte, bordeada por antiguas murallas. Cuenta con varias casas medievales pintorescas y dos iglesias antiguas, la de San Gregorio y la de San Agustín, que a su vez son construcciones góticas. El ayuntamiento contiene una valiosa colección de antigüedades. El Carolabad, un manantial salino de temperaturas cálidas que tuvo buena fama en la edad media, fue redescubierto en 1888, e hizo de Rappoltsweiler un balneario.

 Riquevir

Riquewihr es, a pesar de su minúsculo tamaño, uno de los pueblos con más encanto y uno de los más bonitos de Alsacia. Una preciosa población de cuento rodeada de viñedos y conocida como «La Perla de los Viñedos», que sirvió a los Estudios Disney de inspiración, junto con Eguisheim, para crear el pueblo de Bella en la conocida película «La Bella y la Bestia».






 Kaysersberg

 


Kaysersberg es uno de los pueblos más bonitos, imprescindible en una ruta por los pueblos más bellos de Alsacia. Todo el pueblo parece un escenario de una película medieval.

 Place de la Mairie

Por la calle Rue du Général Rieder se accede uno de los primeros lugares que ver en Kaysersberg, la Place de la Marie, el lugar en dónde se encuentra el Ayuntamiento, un edificio renacentista que data de 1604, y la Oficina de Turismo.

 




Iglesia de la Ste Croix

Se trata de un precioso templo del año 1227 que alberga un fabuloso el retablo del 1518 obra de Jean Bongart, y una talla de un Cristo de 4,25 metros acompañado por las esculturas de la Virgen María y San Juan. Es, sin duda, la más bonita en Kaysersberg.

Fontine Constantin

Justo en frente de la Iglesia de la Ste Croix se encuentra la preciosa Fontine Constantin, una fuente del siglo XVI dedicada al emperador Constantino y que luce muy decorada en Navidad.

Rue des Forgerons

Justo antes de cruzar el puente fortificado podéis adentraros unos pasos en la pequeña y estrecha Rue des Forgerons, un lugar donde en Navidad montan uno de los belenes más bonitos que ver en Kaysersberg y en toda la Alsacia.

Puente Fortificado

El Puente Fortificado es una construcción del año 1514 que cruza el río La Weiss y que formaba parte de las antiguas fortificaciones de defensa de la ciudad.

 


Lago Titisee

 


El lago natural más grande de la Selva Negra se encuentra en Titisse, una población de la Selva Negra, del estado de Baden-Wurtemberg de Alemania. Tiene 1,3 km2 de superficie, con 20 metros de profundidad y situado a una altitud de 850 metros

La calle principal, llamada Seestrasse, está repleta de tiendas de recuerdos y relojes de cuco, así como restaurantes y cafeterías.

 



 Abadía de San Blas

 


La abadía de San Blas fue una antigua abadía benedictina del Sacro Imperio Romano Germánico fundada al final del siglo X en la Selva Negra, junto a la localidad de St. Blasien, una pequeña ciudad en la Selva Negra Meridional en el distrito de Waldshut en el sur de Baden-Wurtemberg, Alemania.

La iglesia de la abadía se quemó en 1768, y fue reconstruida como un templo circular de estilo neoclásico diseñado por el arquitecto Pierre Michel d'Ixnard, con una enorme cúpula de 36 metros de diámetro y 63 metros de alto (la tercera más grande de Europa al norte de los Alpes), por la que es conocida como "Catedral de St. Blasien"

 

Friburgo de Brisgovia

 


Freiburg es la cuarta ciudad más grande de Baden-Wurtemberg por número de habitantes, tras Stuttgart, Mannheim y Karlsruhe, con alrededor de 231.195 habitantes. También es la ciudad alemana con más horas de sol.

Destaca por su casco antiguo, junto a la catedral,y los famosos Bächle (pequeños canales de agua que atraviesan la ciudad). La ciudad se considera una puerta de entrada a la Selva Negra (Schwarzwald, en alemán) y se la conoce por su clima templado y soleado. Destaca por su carácter universitario y es considerada como capital de la ecología en este país.

 







La Catedral de Friburgo es un edificio de estilo gótico. Conserva los vitrales originales de la Edad Media.

 



El Viejo Ayuntamiento fue construido entre los años 1557 y 1559 Desde el año 2007 el edificio alberga la oficina de información y turismo. 

Friburgo conserva tres de las puertas que tuvo en la muralla. La Puerta de los Suabos, de gran valor defensivo gracias a su situación estratégica junto a un cruce de caminos; la Puerta de Martin, que es la más antigua de las torres de las primeras murallas, construidas a principios del siglo XIII, y la Puerta de Breisach, construida a partir de 1677 en las antiguas murallas barrocas, durante la ocupación francesa. 



Estrasburgo


El Palacio Rohan

Estrasburgo, capital de la región de Alsacia, es una de las ciudades más bonitas de Francia. Además es la sede del Parlamento Europeo y tiene muchos lugares increíbles que visitar en el centro histórico, en el que se levantan bellísimas casas que parece un decorado de película. Además en esta región se producen uno de los mejores vinos del país.

Estrasburgo es atravesada por el río Ill. Está formada por varias islas, la más conocida de las cuales es la Gran Isla de Estrasburgo («Grande île» en francés), que es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde 1988.



Casa Kammerzell, 
un edificio alsaciano típico de entramado de madera.










El monumento más famoso de la ciudad es la famosa Catedral Notre-Dame de Estrasburgo. Es el símbolo de la ciudad y la catedral gótica más antigua del mundo. Cuenta también con cuatro iglesias medievales, así como varios hoteles y palacios del siglo XVIII.


És una ciutat imprescindible que no us podeu perdre en un viatge a Alsacia. Hi podeu dedicar-li uns quants dies, doncs és plena de coses a veure. És molt agradable passejar pels seus carrers i teniu un munt de restaurants on gaudir de la cuina alsaciana.







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