dimecres, 5 de juliol del 2017

Indonesia 2017 blog 4

Rumbo a Komodo


La isla de Komodo, conocida por los famosos dragones de Komodo que habitan en ella, era uno de mis objetivos en este viaje a Indonesia. La mayoría de turistas optan por volar hasta la cercana isla de Flores y, desde allí, visitar a estos animales prehistóricos. A mi me apetecía llegar por mar, recorriendo el largo camino que la separa de Lombok para ser más consciente de la grandiosidad de este país.




Así pues, opté por un agradable viaje de 4 días en un barco que iba deteniéndose en diferentes lugares y permitía nadar, bucear y hasta realizar algunas caminatas en algunas islas preciosas por las que pasábamos. Un barco de mochileros, sin manías, dispuestos a dormir en pequeños colchones de plástico en la cubierta, compartir un pequeño baño y compartir unas sencillas pero deliciosas comidas, preparadas con mucho esmero por la tripulación.











El tercer día, por la tarde, llegamos a la enorme isla de Komodo. En una de sus bahías pasaríamos la noche, esperando el momento de desembarcar. Tras una plácida noche, esta vez, por fin, sin el ruido de los motores, nos dirigimos a la entrada del Parque Nacional de Komodo. Obviamente nadie puede entrar por su cuenta. La visita se hace, obligatoriamente, acompañado de unos guías, que vigilan por la seguridad de los turistas.





Los dragones de Komodo son animales prehistóricos que, a pesar de su aspecto, pueden moverse a gran velocidad. Se alimentan de cerdos, búfalos  y ciervos que crecen y abundan en la isla. Les basta con morder a la presa y esperar que el veneno de su saliva haga efecto y acabe con la vida de la víctima. Son caníbales y pueden llegar a comerse a sus propias crías. De hecho, estas corren a subirse a los árboles tan pronto salen del huevo. Los más ágiles sobreviven, los otros sirven de alimento a sus progenitores.





Los humanos no se libran de sus dientes. Desde el año 1974, los dragones han mordido a 30 personas, de las cuales 5 fallecieron! De hecho, durante esos días permanecía todavía en el hospital un turista de Singapur que entró en el parque por su cuenta, y al que mordió un dragón. Se temía por su vida.


El Parque Nacional de Komodo incluye además la vecina isla de Rinja, en donde también habitan los dragones. Según dicen, como es más pequeña y hay menos alimento, los de aquí suelen ser más agresivos. Por si acaso, no nos separamos de los guías en ningún momento…






Tras la visita a “Jurasic Park”, tomamos rumbo a la que sería el final de nuestro trayecto, la vecina Flores. La gran sorpresa del viaje. 








Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada