Región de la Araucaría
Desde Pucón viajé a Villarrica y a Temuco,
capital de La Araucaría, (IX Región) que
recibe su nombre por los bosques de araucarias que abundan en esta zona. Antes
de volver a Santiago quería visitar un último parque, el Parque Nacional
Conguillio, por lo que tomé otro bus hasta la pequeña población de Caracautín.
Caracautín se encuentra a unos 40 km del parque y en esta
época, en que ya escasean los turistas, no es posible conseguir un traslado
económico hasta la entrada. La única alternativa era tomar un bus que salía a
las 6 de la mañana y regresaba a las 7 de la tarde, y que dejaba a unos 15
quilómetros del parque. Desde allí no me quedó más remedio que caminar, a
oscuras y con unas temperaturas bajísimas. Cuando me quedaban unos 3km para
llegar empezó a amanecer y de golpe apareció, delante de mí, la imponente
silueta del volcán Llaima, de 3.125 metros de altitud.
Piñones de araucaria
El parque tiene 60.832 hectáreas, y lo ideal
es quedarse a pasar la noche en el camping o en alguno de los alojamientos
disponibles (cabañas y albergue). Yo opté por una caminata que me llevó desde
la entrada hasta el lago Conguillo, a unos 8km, por un bellísimo sendero
inundado de araucarias milenarias. A las 5 de la tarde ya me encontraba en la
parada del bus, y como todavía quedaban 2 horas decidí hacer dedo. En dos
viajes me planté en Caracautín.
Vuelta a la capital
Tras una noche de bus amanecí en Santiago.
Unos días de trámite para lavar la ropa, encontrarme con algunos de los amigos
que había hecho durante el viaje y acabar de ver algunos lugares de la ciudad.
Básicamente me atraían sus mercados, el municipal, el de abastos Tirso de
Molina, y el Mercado Central. También visité la famosa Piojera, el restaurante
que se cree inventó el famoso “terremoto”, bebida a base de vino pipeño blanco,
helado de piña, fermet y granadina o licor amargo (vaso grande de unos 400 ml).
La jarra se llama Cataclismo y el vaso pequeño Réplica.
La Piojera
También aproveché para pasear por los barrios
de Bellavista, Bellas Artes y Lastarria, que esconden un montón de buenos cafés
y restaurantes. Finalmente, esta vez si, pude visitar el Museo de Bellas Artes
y el GAM (Centro Cultural Gabriela Mistral), con exposiciones gratuitas.
El Norte
Al norte de Santiago, a unas 6 horas de bus,
se encuentra La Serena, la segunda ciudad más antigua de Chile, fundada en 1544
por Juan Bohon. Me detuve a pasar la noche y al otro día aproveché para visitar
la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt, en la que se encuentra la Isla Damas.
Un paraje aislado a dos horas al norte en donde conviven plácidamente pingüinos
humboldt, leones marinos, nutrias, delfines e infinidad de aves, como
cormoranes o pelícanos.
Hasta la Serena se acercan muchos chilenos y
turistas, sobretodo por dos razones, sus lindas playas, y por ser la puerta de
acceso al famoso Valle de Elqui, un lugar mágico. El agua de los ríos que lo
cruzan, que proviene de la cordillera de los Andes, marca una frontera clara y nítida entre el
verde y los diferentes tonos rosados de las secas y áridas montañas que lo
rodean.
Se trata de un conjunto de valles que
aprovechan hasta la última gota de agua para regar interminables viñedos, con
la uva de algunos de los cuales se prepara el Pisco, la bebida chilena por
excelencia. Yo me detuve primero en la localidad de Vicuña, en donde pude
visitar el Museo de Gabriela Mistral, poeta ganadora del Premio Nobel de
Literatura en el año 1945. Y una típica casa del S.XIX que perteneció a los
Madariaga, una familia de origen vasco, y que sus herederos conservan con los muebles
y utensilios originales de la época.
Reconstrucción de la casa en donde nació
Gabriela Mistral
Después proseguí mi camino hacia Pisco Elqui,
una localidad muy tranquila en el corazón del valle, que tiene fama de poseer
una energía especial. Desde allí visité Monte Grande, lugar en que vivió la
insigne Gabriela Mistral, y que alberga el Mausoleo en donde fue enterrada y un
pequeño museo en la misma escuela en donde estudiara como alumna y luego
enseñara como profesora. Me hubiese gustado recorrer las desoladas montañas que
lo rodean y acercarme hasta la cercana frontera con Argentina, pero el tour
exigía dos personas y allí estaba yo, sólo. La temporada baja también ha
llegado al norte. Creo que es hora de dejar Chile…
Mausoleo de Gabriela Mistral
Monte Grande
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