dimarts, 7 de maig del 2013

Chile 2013 : Capítulo 7


Región de la Araucaría



Desde Pucón viajé a Villarrica y a Temuco, capital de La Araucaría,  (IX Región) que recibe su nombre por los bosques de araucarias que abundan en esta zona. Antes de volver a Santiago quería visitar un último parque, el Parque Nacional Conguillio, por lo que tomé otro bus hasta la pequeña población de Caracautín.

Caracautín se encuentra a unos 40 km del parque y en esta época, en que ya escasean los turistas, no es posible conseguir un traslado económico hasta la entrada. La única alternativa era tomar un bus que salía a las 6 de la mañana y regresaba a las 7 de la tarde, y que dejaba a unos 15 quilómetros del parque. Desde allí no me quedó más remedio que caminar, a oscuras y con unas temperaturas bajísimas. Cuando me quedaban unos 3km para llegar empezó a amanecer y de golpe apareció, delante de mí, la imponente silueta del volcán Llaima, de 3.125 metros de altitud.



Piñones de araucaria

El parque tiene 60.832 hectáreas, y lo ideal es quedarse a pasar la noche en el camping o en alguno de los alojamientos disponibles (cabañas y albergue). Yo opté por una caminata que me llevó desde la entrada hasta el lago Conguillo, a unos 8km, por un bellísimo sendero inundado de araucarias milenarias. A las 5 de la tarde ya me encontraba en la parada del bus, y como todavía quedaban 2 horas decidí hacer dedo. En dos viajes me planté en Caracautín.








Vuelta a la capital


 Tras una noche de bus amanecí en Santiago. Unos días de trámite para lavar la ropa, encontrarme con algunos de los amigos que había hecho durante el viaje y acabar de ver algunos lugares de la ciudad. Básicamente me atraían sus mercados, el municipal, el de abastos Tirso de Molina, y el Mercado Central. También visité la famosa Piojera, el restaurante que se cree inventó el famoso “terremoto”, bebida a base de vino pipeño blanco, helado de piña, fermet y granadina o licor amargo (vaso grande de unos 400 ml). La jarra se llama Cataclismo y el vaso pequeño Réplica.













 La Piojera












También aproveché para pasear por los barrios de Bellavista, Bellas Artes y Lastarria, que esconden un montón de buenos cafés y restaurantes. Finalmente, esta vez si, pude visitar el Museo de Bellas Artes y el GAM (Centro Cultural Gabriela Mistral), con exposiciones gratuitas.







El Norte



Al norte de Santiago, a unas 6 horas de bus, se encuentra La Serena, la segunda ciudad más antigua de Chile, fundada en 1544 por Juan Bohon. Me detuve a pasar la noche y al otro día aproveché para visitar la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt, en la que se encuentra la Isla Damas. Un paraje aislado a dos horas al norte en donde conviven plácidamente pingüinos humboldt, leones marinos, nutrias, delfines e infinidad de aves, como cormoranes o pelícanos.















Hasta la Serena se acercan muchos chilenos y turistas, sobretodo por dos razones, sus lindas playas, y por ser la puerta de acceso al famoso Valle de Elqui, un lugar mágico. El agua de los ríos que lo cruzan, que proviene de la cordillera de los Andes,  marca una frontera clara y nítida entre el verde y los diferentes tonos rosados de las secas y áridas montañas que lo rodean.



Se trata de un conjunto de valles que aprovechan hasta la última gota de agua para regar interminables viñedos, con la uva de algunos de los cuales se prepara el Pisco, la bebida chilena por excelencia. Yo me detuve primero en la localidad de Vicuña, en donde pude visitar el Museo de Gabriela Mistral, poeta ganadora del Premio Nobel de Literatura en el año 1945. Y una típica casa del S.XIX que perteneció a los Madariaga, una familia de origen vasco, y que sus herederos conservan con los muebles y utensilios originales de la época.



 Reconstrucción de la casa en donde nació
 Gabriela Mistral





Después proseguí mi camino hacia Pisco Elqui, una localidad muy tranquila en el corazón del valle, que tiene fama de poseer una energía especial. Desde allí visité Monte Grande, lugar en que vivió la insigne Gabriela Mistral, y que alberga el Mausoleo en donde fue enterrada y un pequeño museo en la misma escuela en donde estudiara como alumna y luego enseñara como profesora. Me hubiese gustado recorrer las desoladas montañas que lo rodean y acercarme hasta la cercana frontera con Argentina, pero el tour exigía dos personas y allí estaba yo, sólo. La temporada baja también ha llegado al norte. Creo que es hora de dejar Chile…









 Mausoleo de Gabriela Mistral

 Monte Grande






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