dimecres, 31 d’agost del 2011

País Vasco 2011




El domingo 7 de agosto de 2011, hice mi entrada triunfal en la bellísima ciudad de Hondarribia. Tras cruzar el Bidasoa, la frontera natural entre Hendaya (Francia) y España, llegaba, por fin, al País Vasco.


Estaban de fiesta, y mientras un par de jóvenes entonaban unas bellísimas melodías en vasco, justo delante del austero Parador Nacional, yo buscaba un lugar en donde pasar la noche. Allí mismo, en una sencilla pensión, pero con unas vistas fantásticas del puerto, decidí instalarme.


Hondarribia es ciudad amurallada, calles estrechas y empedradas, edificios regios, antiguos y bellos, rampas y puertas de acceso, como la de Santa María, que conserva el escudo de la Ciudad, del año 1694.


Pero también es puerto, desde el que se divisa la cercana Hendaya, ya en Francia. Y, sobretodo, tapas, de las mejores que he probado en este viaje. Con un buen txacolí y unas cuantas tapas despedí el día y me fui a la cama. Quería madrugar, para ver la ciudad en todo su esplendor antes de partir de nuevo hacia…





Donostia-San Sebastián, la capital de la provincia de Guipúzkoa, está a rebosar durante el mes de agosto. Cuesta encontrar un lugar en donde aparcar el coche. Suerte que a los pies del monte Igeldo han habilitado un gran parking, que, aunque de pago, es mucho más barato que el resto de la ciudad, totalmente pintada de azul y verde.



La futura Capital Europea de la Cultura en 2016, es uno de los más famosos destinos turísticos de España. La espectacular bahía de la Concha, sus playas, sus bellísimos edificios, o el Festival Internacional de Cine de San Sebastián sin duda contribuyen a ello.






Como no era la primera vez que pasaba por esta bellísima ciudad, no me importó dedicar un día entero a disfrutar de una interesantísima exposición que podía visitarse en el renovado museo de San Telmo.



6 millones de otros son más de 11 horas de vídeos, a través de las cuales personas de lo más variado, y de todos los rincones del mundo, dan su opinión sobre un buen número de temas: el cambio climático, las guerras, la familia, aquello que les alegra o les entristece, los hombres, las mujeres, la violencia … Absolutamente recomendable.




Camino de Bilbao, quise detenerme otra vez en Gernika-Lumo, lugar en donde se reunían las Juntas Generales de Vizcaya, bajo el roble conocido como Árbol de Gernika, símbolo de las libertades de los vizcaínos, y donde antiguamente, los señores de Vizcaya, tras recibir su título, venían a jurar respeto al fuero de Vizcaya.











Al atardecer entraba en Bilbao, Bilbo en eusquera. La mayoría de mis amigos se encontraban fuera de la ciudad, pero sí pude contactar con Asier, un muchacho al que había conocido unos años atrás en Armenia. Con él y un amigo recorrimos la ciudad, visitamos la Alhóndiga, subimos al Parque Etxebarria y nos acercamos al señorial Getxo.











Vitoria Gasteiz, mi último destino en el País Vasco, la capital de Araba/Álava, me recibía de nuevo con la tranquilidad y la calma que la caracteriza. Tan sólo los grupos de jóvenes peregrinos que se dirigían al encuentro Papal de Madrid rompían el silencio de sus calles desiertas.











Tras un breve paseo por la almendra de su casco antiguo, y la visita de la Catedral en obras de Santa María, tomé rumbo a la vecina Navarra, Nafarroa en vasco.

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