Atenas
El puerto del Pireo es la puerta de
entrada a la ciudad de Atenas para aquellos que llegamos en ferry des
de las islas del mar Egeo. El lugar en donde, desde el mes de julio,
no paran de desembarcar miles y miles de sirios, iraquíes y afganos
que huyen de las guerras provocadas por las potencias del norte,
entre ellas, España. Van de paso hacia Europa, pues nadie quiere
quedarse en un país a la deriva como Grecia, en donde la población,
desprovista de los derechos más básicos, como la salud, agoniza
para salvar la insaciable Alemania.
De nuevo, el país helénico ha osado
revelarse contra la Europa sin escrúpulos que antepone los intereses
de sus bancos a las vidas de los griegos. La cuna de nuestra
civilización, de la democracia, nuestro supuesto sistema político,
se ha atrevido a consultar al pueblo. Ha organizado un referéndum,
oh Satanás!, para decir basta. Pero las amenazas de la democrática
Europa a sus políticos van a traer todo lo contrarío, más
recortes y más pobreza. Y esta es la forma en que Europa ayuda a uno
de sus estados miembros. Hay que castigarlo, y con ello enviar un
mensaje contra todos aquellos que están pensando en otros posibles
Syritzas...
Patrimonio de la Unesco
No disponía más que de dos días,
pues había quedado con unas amigas en la bella isla de Corfú y tuve
que correr un poco para pasar por la capital helena sin perderme
algunos de sus monumentos más emblemáticos. No se puede pasar por
Atenas si subir a ver la Acrópolis. Ya la conocía, pero tan
impresionante monumento no deja nunca de sorprenderte. Además, las
reformas a las que lo están sometiendo realzan todavía más su
belleza.
La ruta por la antigua Ágora, el
Templo de Zeus, la espectacular Stoa o la Puerta de Adriano es
también imprescindible. Como una deliciosa cena en alguno de los
muchísimos restaurante de Plaka, llenos a rebosar de turistas.
Corfú
Desde Atenas, y tras 7 horas de bus,
manteniendo una larga e interesante conversación con un joven e
ilusionado asesor de Podemos, llegaba a Igoumenitza, en donde tomé
un ferry hasta la vecina Kerkyra, la capital.
Es esta, según dicen, una de las islas
más bellas de Grecia. Un remanso de paz a donde llegan los turistas
en busca de bellísimas playas, calas de ensueño, verdes montañas y
una cocina excelente que satisface los mejores paladares.
Paradise Beach
Monasterio de Paleokastritza
Monasterio de Pantocrator
La bellísima Old Pericia
Sidari, el Canal del Amor
La Grotta
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