Welcome to Thailand
El día 23 de marzo, a las 3 de la tarde en Tailandia, las 9 de la mañana en Barcelona, aterricé en Bangkok. Una vez instalado en un modesto hotelito, cerca de Khao San Road, empecé a recorrer la zona. Esa misma noche me hicieron un masaje en los pues. Al día siguiente, siguiendo las recomendaciones de Ester, me hice un masaje de cuerpo entero en la escuela de masajes que hay en el Templo de Po, el del buda tumbado.
Tercer día en Bangkok
Camino por la turística zona de Khao San, en dirección al Monumento a la Democracia. La gran avenida en que se encuentra el monumento está literalmente tomada por los camisetas rojas. Llevan varios días allí. Me parecen miles. Uno de ellos me dice que centenares de miles. Están organizados. Se reparte comida y bebida para todos. Pueden hacerse hasta masajes, si lo desean. Y cuando llega la noche se quedan a dormir allí mismo, en el suelo, debajo de toldos improvisados, en las plazas y jardines adyacentes. En un escenario, pasado el monumento y frente al fuerte de la ciudad, se hacen efusivos discursos y se canta en favor de la democracia. La zona está cercada por policías y militares.
Desde el fuerte diviso la Montaña de Oro, un templo dorado construido sobre un monte artificial. Después de muchas escaleras, bajo un sol aplastante, llego a la cima, desde la que se tiene una vista impresionante de la ciudad de Bangkok, que es completamente llana.
A los pies del templo se encuentra un monasterio enorme, y al lado, un par de templos que atraen mi atención. No aparecen en la guía. Son solo algunos más de los muchísimos templos de la ciudad, y quizá por eso no encuentro ningún turista. En el momento en que entro en uno de los templos, ocho monjes budistas se disponen a celebrar una ceremonia. Se sientan de espaldas a un gran Buda dorado, y mirando a los miembros de una familia, los que han solicitado el servicio. Según me explican después, en memoria del abuelo fallecido. Decido quedarme. Me siento encima de la guía para poder mantener una posición similar a la que adoptan ellos – sin conseguirlo, por supuesto- y sigo toda la ceremonia hasta el final. Acabados los rezos la familia obsequia a cada monje con un cesto lleno de productos de lo más variado y un sobre en el que deduzco que hay dinero. Y allí mismo, en una mesa instalada para la ocasión les sirven la comida.
Masaje con peces...
Una molt forta abraçada plena d'enveja!!! Hheheee... Ara si que podem viure en directe els teus viatges!!!
ResponEliminaCada día miro tu blog para que me cuentes el viaje.
ResponEliminamuchos besos
Ostres Quino, m´ha encantat el blog, penso mirar-ho tot sovint.
ResponEliminaQuina enveja...
Disfruta molt i quan tornis ja saps que tens Can Ticu obert per tú.
Un petonàs
Isabel