Con
todo lo que he viajado y todavía no había estado en Sicilia. Bueno, pasé un
día en Palermo hace 44 años, però la desconocía totalmente.
Este
verano he tenido la oportunidad de darme una vuelta y he quedado maravillado. Es una
isla preciosa llena de lugares increïbles.
Palermo
El
paseo empezó en la capital, Palermo, una ciudad en la que no me habían recomendado
quedarme demasiado. Visitando el resto de la isla, uno entiende porqué.
Demasiada bellesa.
Pero la verdad es que Palermo es fascinante. Por su atmósfera decadente, que recuerda mucho a la vecina Nápoles, por sus callejuelas llenas de gente, sus vibrantes mercados calejeros, como el de Ballaró o Capo y sus plazas que cortan la respiración.
Y
porque està lleno de Iglesias bellísimas, como la de San Cataldo, monumentos
espectaculares, como el Palacio Real, con la Capilla Palatina, la Catedral, el
teatro Massimo, o el monasterio de Santa Caterina de Alejandria, por citar unos
pocos.
A
las afueras de Palermo no puede dejar de visitarse la Catedral de Monreale, por
sus mosaicos y su original claustro. Una joya que no deja indiferente a nadie.
Segesta
A unos 50 quilómetros de Palermo, al noroeste de la isla, se
encuentra la antigua Segesta, un centro arqueológico famoso por su templo
dórico inacabado.
Segesta fue en la antigüedad una de las principales ciudades
de los élimos, uno de los pueblos indígenas de Sicilia. Estaba situada en la
parte noroccidental de la isla, en la actual provincia de Trapani.
Erice
Muy cerca de Segesta, y en lo
alto de una cima, se encuentra Erice, de gran interés turístico por sus
monumentos, entre los que destacan el castillo y la Chiesa Madre.
Se
dice que es uno de los pueblos más bellos de Italia. Un autentico laberinto de
callejuelas y plazoletas rodeadas de iglesias y palacios nobiliarios que se
abren para dejar entrever paisajes majestuosos.
Era
conocida como «La ciudad de las cien iglesias». Aunque en realidad hay muchas
menos, todas son imprescindibles.
El
símbolo de Erice es el castillo de Venus, realizado por los normandos que
utilizaron para su construcción materiales procedentes del templo de la Venus
de Erice que da nombre al castillo.
También
son famosos los dulces de Erice, que tienen su origen en las recetas de las
monjas de los monasterios de clausura y que recuerdan a los “panellets” de
Cataluña.
Piazza
Armerina
En
mi ruta hacia el este de Sicilia me detengo también en Piazza Armerina, un lugar
mundialment famoso por los mosaicos romanos de la villa romana del Casale,
también Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Piazza
Armerina es la sede del más famoso Palio dei Normanni, una representación con
disfraces de época de la entrada del conde Roger I en la ciudad, que se celebra
los días 14 y15 de agosto.
La
historia de la Villa Romana del Casale comienza en el 320-350 d. C. según
algunos estudiosos, perteneció a un miembro de la aristocracia senatorial
romana, quizás un gobernador de Roma bajo el emperador Constantino.
Según
otros estudios, fue construido y ampliado por encargo directo de un altísimo
funcionario imperial, Maximiliano Hercúleo, tetrarca de Diocleciano.
Descubierta
en la década de 1950, la Villa Romana del Casale es uno de los mejores ejemplos
de las antiguas villas romanas, tan bien conservada que sigue mostrando la vida
de la clase social y económica predominante en la época romana.
En
1997 fue reconocida Patrimonio Mundial de la UNESCO por sus espléndidos
mosaicos, aún en perfecto estado, que ocupan unos 3500 metros cuadrados, con
representaciones de héroes y dioses, escenas de caza, juegos y vida cotidiana.
La
Villa también aloja un mosaico único: una de las pocas representaciones del
deporte femenino en la antigüedad, con 10 muchachas en bikini que practican
diversas disciplinas como el lanzamiento de disco, los ejercicios con
mancuernas y la carrera a campo traviesa.
Agrigento
De camino a la costa suroccidental de Sicilia, me encuentro con Agrigento, famosa por las ruinas de la antigua Acragante, una de las ciudades más destacadas de la Magna Grecia durante la Edad de Oro de la Antigua Grecia.
Una etapa imprescindible para visitar el extenso
yacimiento arqueológico del Valle de los Templos, Patrimonio de la Humanidad
por la Unesco, en donde se conservan siete templos griegos monumentales en
estilo dórico, que se construyeron durante los siglos VI y V a. C. Actualmente
excavados y en parte restaurados, constituyen parte de los edificios griegos
más antiguos y mejor conservados fuera de la propia Grecia.
A
las afueras de la ciudad moderna está el Museo Archeologico Regionale, donde se
exponen distintas piezas y un telamón, o atlante, estatua de hombre que hace
las veces de columna.
El Templo de la Concordia se
conserva perfectamente y es una de las más perfectas realizaciones de la
arquitectura dórica. Su construcción se remonta a mediados del siglo V a. C. En el año 597 fue
transformado en iglesia cristiana por voluntad de san Gregorio. Gracias a ello,
está notoriamente intacto.
Ragusa
En el sureste de la isla se
encuentra la ciudad de Ragusa, construida
sobre una colina de caliza entre dos hondos valles, Cava San Leonardo y Cava
Santa Domenica.
Ragusa forma parte, junto con
otras siete ciudades, del lugar Patrimonio de la Humanidad declarado por la
Unesco denominado «Ciudades del barroco tardío de Val di Noto».
En 1693 la ciudad quedó
devastada por un enorme terremoto, que mató a unos 5000
habitantes. Después de la catástrofe, la ciudad fue ampliamente reconstruida,
datando de este periodo muchos edificios del barroco tardío.
La mayor parte de la
arquitectura barroca de interés està en la Ragusa Inferiore o Ragusa Ibla.
Alberga un gran número de Iglesias,
entre las que destaca, por ejemplo, la iglesia de San Giorgio que fue
construida a partir del año 1738 por el arquitecto Rosario Gagliardi.
O Santa Maria delle Scale
(«Santa María de los Escalones»), construida entre el siglo XV y el XVI. Esta iglesia
es particularmente interesante: muy dañada durante el terremoto de 1693, la
mitad de esta iglesia fue reconstruida en estilo barroco, mientras que la mitad
superviviente se mantuvo en el gótico original, incluidos tres pórticos de
estilo aragonés en la nave de la derecha.
Noto
En el Sureste de la isla Noto
es una parada obligada. Una pequeña ciudad de una belleza singular. Una auténtica
obra maestra del barroco siciliano, llamada el “Jardín de piedra” y que es también
Patrimonio de la Unesco.
El casco antiguo de la ciudad acoje
un sinfín de Palacios e Iglesias, a cual más bello.
Cerca de Noto se encuentra otra de las joyas de la isla, Siracusa, una ciudad mítica ya desde los tiempos de la Antigua Grecia y la Roma imperial. Esta ciudad de 2700 años de antigüedad desempeñó un papel clave en la Antigüedad, cuando era una de las mayores potencias del mundo mediterráneo.
Descrita por Cicerón como «la mayor ciudad
griega y la más bella de todas», igualaba en tamaño a Atenas en el siglo IV a.
C. Aquí nació además el preeminente matemático e ingeniero Arquímedes, y Santa
Lucía, patrona de la ciudad.
La Catedral fue construida sobre el gran Templo de Atenea (siglo v a. C.), en la isla Ortigia. Era un edificio dórico con seis columnas en los lados cortos y catorce en los largos: estas fueron incorporadas a los muros en la iglesia actual.
El Parque
Arqueológico de Neapolis, comprende un anfiteatro romano y un
teatro griego, cuya cávea es una de las más grandes construidas por los
antiguos griegos: tiene 67 filas, divididas en 9 secciones con 8 pasillos.
Cerca del teatro están las latomías, canteras de piedra usadas como prisión en la antigüedad. Entre las más notables, la gruta conocida como Orecchio di Dionisio («Oreja de Dionisio»), en la Latomia del Paradiso.
Catania
Al Norte de Siracusa,
siguiendo la costa este, se encuentra Catania, la segunda ciudad más poblada de
Sicilia y entre las mayores de Italia. Es sede de la primera universidad de
Sicilia, fundada en 1434 por Alfonso V de Aragón, una de las más antiguas de
Italia.
Fundada en el siglo VIII a. C.
ha sido destruida siete veces por erupciones volcánicas y terremotos. Y es que
muy cerca, visible desde sus calles, se encuentra el monte
Etna, el volcán más grande de Europa y entre los más activos del mundo.
La ciudad está también catalogada
como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
“El símbolo de la ciudad es Liotru, o la Fontana dell'Elefante que fue construida en 1736 por Giovanni
Battista Vaccarini. Es un manufactura de piedra de lava que retrata a un
elefante coronado por un obelisco. La leyenda dice que el elefante original de
Vaccarini era asexuado, lo que los hombres de Catania tomaron como un insulto a
su virilidad. Para apaciguarlos, Vaccarini añadió testículos apropiadamente
enormes a la estatua original.”
Volcán Etna
Obviamente, uno no puede
llegar hasta aquí i no visitar el Etna, este volcán activo de 3357 metros de
altura, aunque esta varía debido a las constantes erupciones
El llamado por los árabes Ŷébel
Uhamat («montaña de fuego»), de donde deriba la denominación Mongibello, era, según
una parte de la tradición cristiana, uno de los lugares del sur de Italia donde
se localizaba la puerta del infierno.
Está casi siempre en constante
erupción. Aunque en ocasiones puede ser muy destructivo, no está contemplado
como un volcán particularmente peligroso, y miles de personas viven en sus alrededores
e incluso en sus faldas.
En junio de 2013 el Etna fue
declarado Patrimonio de la Humanidad por resolución del Comité de la Unesco.
Taormina
Al Norte de Catania hay que
detenerse, sí o sí, en Taormina. Esta glamurosa ciudad se halla en un balcón
sobre el mar, enfrente del Etna, y es un importantísimo centro turístico desde
el siglo XIX.
Además de su belleza natural,
sus extraordinarios restaurantes , el lujoso hotel en el que se han albergado
los más famosos, las tiendas de las marcas más cotizadas, entre ellas la de
Dolce&Gabana, uno de ellos originario de la ciudad, cuenta con un
patrimonio histórico muy rico, cuyo máximo exponente es el célebre teatro
greco-romano.
Cefalú
Y de regreso hacia Palermo me
detuve en Cefalú. Oh, que acierto. Que lugar más maravilloso.
Es uno de los mayores centros
balnearios de toda la provincia y atrae a miles de turistas. Sus playas de
aguas completamente transparentes invitaban a un baño. La mejor manera de acabar
el viaje.
Es una pequeña ciudad que
invita a perderse por sus callejuelas. La Catedral del siglo XII, de estilo
Románico Siciliano, es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Además posee
un conjunto de bellísimos monumentos,
como el Palacio de Osterio Magno, o unos lavaderos medievales.