Fin de año en Budapest
La capital de Hungría, la bellísima
Budapest, es un destino perfecto para celebrar el fin de año. Innumerables monumentos,
famosos balnearios, recorridos llenos de historia, sus elegantes restaurantes, cafés y pastelerías,
y como no, sus mercados navideños, satisfacen al más exigente viajero. El frío
no debe ser nunca un impedimento para disfrutar de esta joya.
Imprescindible es un paseo por el
Danubio, el río que divide en dos la ciudad, la histórica Buda, con su castillo
y sus construcciones medievales, y la moderna Pest. Y si puede ser, mejor por
la noche, cuando todos los edificios se encuentran iluminados y se reflejan en sus frías aguas, como el del imponente
Parlamento neogótico, un icono de la capital húngara y que fue construido tras
la unificación de las ciudades de Buda, Óbuda y Pest.
Durante el día debe aprovecharse para
visitar el Castillo de Buda, la Iglesia de San Matías, para muchos la más
bonita de Budapest, el bastión de los Pescadores, desde el que se tiene una
bellísima vista de la ciudad, la Basílica de San Esteban o la Catedral de
Budapest.
El barrio judío
En la otra orilla del río, en la antigua
ciudad de Pest, se encuentra el antiguo Barrio Judío de Budapest, el lugar en donde nació el fotoperiodista
de guerra Robert Capa. Entre 1944 y 1945 los nazis convirtieron este distrito
en un gueto donde más de 70.000 personas fueron hacinadas en pésimas
condiciones. Durante la ocupación nazi se vivieron aquí acontecimientos espeluznantes
contra los miembros de la numerosa comunidad judía que aquí residía. El barrio
está lleno de recuerdos de aquel tiempo.
Una visita obligada es la Sinagoga de
Dohány, la mayor de Europa y la segunda más grande del mundo -la primera está
en Nueva York - con capacidad para 2964 personas. Justo detrás se encuentra el
Templo de los Héroes, que honra la memoria de los judíos fallecidos, y el Árbol
de la Vida, un sauce llorón de metal que
tiene grabados los nombres de muchos judíos asesinados durante la Segunda
Guerra Mundial. En el mismo espacio, se halla el Cementerio Memorial para las víctimas del Holocausto.
A orillas del Danubio se encuentra el Monumento
de los Zapatos, donde aparecen 60 zapatos de hierro forjado simbolizando los
20.000 judíos que fueron allí fusilados durante la mitad del siglo XX. Antes de
asesinarlos tenían que descalzarse y de ahí el diseño de este monumento.
Bares y baños termales
El Barrio Judío sigue teniendo mucha
vida, es uno de los barrios donde se encuentran los mejores bares y pubs. Los
“ruin bars”, por ejemplo, son pubs gigantescos que montaron algunos de los
residentes del barrio en los 90, reutilizando todo tipo de objetos y
decorándolos de manera muy original. El Puder, el Szimpla, o el Filter, no
dejan indiferente a nadie.
También allí encontramos el New York
Café, la cafetería con más clase de toda la ciudad. Abierto en el 1894, momento
en el que Europa disfrutaba de la Belle Époque. Este café derrocha lujo en un
estilo neo-renacentista, con arañas de cristal, techos decorados y columnas
onduladas de mármol en su interior.
Para los amantes de las aguas termales, son
de visita obligada los Baños Széchenyi, los mayores baños termales medicinales
de Europa, en Pest, o los de Gellert, en Buda.
Cena y fuegos artificiales
No será difícil encontrar un buen lugar
para la cena de fin de año. La ciudad está repleta de buenísimos restaurantes.
Y tras la cena, lo mejor es sumarse a los locales y disfrutar de los fuegos
artificiales que inundan de color y estruendo calles y plazas del todo el
centro.